Las manifestaciones
Las manifestaciones no penetran
el vocerío, flagelada paz,
donde no le perdura una flor,
a las memorias, sobrehumana pena.
Esas musas con Dios amanecieron
bellas violetas, la canción del mar,
se vistieron de azul como cristales,
arpas de luz en los sauzales tenues.
Son damas, ilusiones del amar,
fuentes perdidas con retoños claros,
como faros sin sol, destellos suaves,
con azulinas remembranzas puras.
Con fuerza perpetúan los silencios
velos de novias con llovidas manos,
las manifestaciones del altar
donde se mueren las nereidas rojas.
JAVIER DICENZO
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