lunes, 20 de diciembre de 2010

LA PUERTA 9

LA PUERTA 9



Detrás de la puerta se oían las voces, parecían unos seres extraños,
celosos, se escuchaban gritos y un zumbido como de moscas, ruido a metal.
Frente a la puerta estaba el niño Juan con mirada perdida
en lo oscuro,leyendo en ella un numero pintado de blanco: 9 , el niño temeroso mirabadicha puerta haciéndose preguntas sobre los zumbidos, pensaba ¿ Qué serian esas voces?,de pronto vio cómo unos golpes la hacían temblar, gritos, aullidos,
¡ no me matés!, escuchaba.
Luego el zumbido continuaba, todo transcurría en un tiempo cíclico,
Juan temblaba ante tremendos golpes, ¡ no me matés!, escuchaba. Estaba en el umbral de la puerta como un perro acurrucado, silencioso. Aquello era algo tremendo.
Frente a la puerta se sentía diminuto y más con esos pasos lejanos, que parecían acercarse y alejarse,sería algún hombre incontrolado.
Todo eso creaba un clima extraño. ¡No me matés! Se oía.
El niño en un momento empezó a llorar, levantaba la mirada, como rogando a Dios.
En un principio dudó si quedarse o irse, tenía temor, con un sentimiento de nausea.
Despacio, temeroso se acercó a la puerta, era de color negra, oscura como un abismo.
De pronto un golpe seco del otro lado abrió un orificio,
y una luz salió, parecíaque el infierno estaba saliendo de la puerta 9. Juan se acercó casi sintiéndose morir, pero en un acto de curiosidad al sentir silencio y paz en ese momento,escuchó una voz y se acercó.
Y al mirar por el orificio si bien no pudo captar demasiado,
vio unos dedos como humanos y luego la mano con una flor, y escuchó unas risas.
La luz quesalía de la puerta lo hizo sentir feliz. Pero de pronto el agujero fue obstruido,dejando a Juan con la duda, ¿ Qué seres o cosas habría detrás de la puerta?
Se tapó los ojos, no miró. Un golpe seco sacudió la puerta: ¡ no me matés!.
El se apartó dela puerta,temiendo cualquier cosa menos algo bueno.
Entonces sintió rasguños en la madera,como de un león o un tigre.
Hubo silencio, el silencio de una misa, luego voces y pasos, no se daba cuenta en su inocencia que podría ser, apenas tenía 9 años. Sintió nuevamente temor, pensó en las flores que había visto. El número 9 seguía indemne como un símbolo expectante. Las horas pasaban y su tiempo parecía estar junto a la puerta. El permanecía allí como una estaca del destino, sintió de pronto
el sonido de una campana que venia del otro lado.
El niño comenzó a levantarse sintió una mano en su hombro, miró y era un hombre alto de traje oscuro como la puerta: y le preguntó:
- ¿ Niño cómo te llamás?.
- Juan, respondió, temeroso:
-Juan Blanco
-Lindo nombre dijo el hombre , ¿ Que haces aquí y no en tu casa?
-No ves que la escuela está cerrada, no ves que no podés entrar.
El niño miró la puerta y al voltear no vio más al hombre, había desaparecido.
Sintió , pero dudó, si había sido un humano o un fantasma,
de pronto la puerta fue golpeada y escuchó: ¡ no, por favor! No me matés, no no…
Y ante un impulso tras esos golpes tremendos y gritos,
se abalanzó sobre la puerta y la abrió.
-Juan, Juan despierta, escuchó
El niño reaccionó y vio a su madre, todo había sido un sueño,
un mal sueño,-Vamos Juan tenés que despertarte, son las nueve menos
veinte y hay que ir a la escuela, El niño vaciló, le dijo:
-Mamá tuve una pesadilla mientras dormía, un sueño horrible tengo miedo
de ir a la escuela. -Vamos Juan no digás tonterías, es tarde tengo que
ir a trabajar y tu padre hoy tiene doble turno en la fábrica.
-No, no quiero ir mamá, tengo miedo, mucho miedo.
Entonces su madre lo agarró del brazo y le dijo:
-Mirá Juan no sé qué soñaste, pero si no voy a trabajar no podrás
seguiryendo a clases, ni que te regale para tu cumpleaños esos muñecos raros de la televisión.
El niño tomó un poco de te en forma apresurada, se miró al espejo
y junto a sus padres subió al auto gacel. Su madre manejaba ya que su padre estaba un poco cansado.
Juan estaba nervioso su padre lo miraba y le preguntaba insistente:
- Hijo que té ocurre que estás tan silencioso y pensativo,
-Nada papá, nada.- El auto paso dos semáforos a mediana velocidad ,
era una mañana fría y sombría, de lejos se veían las palomas del campanario de una iglesia.
El niño se despidió de sus padres y bajó, observó como el auto aceleraba
y doblaba en la esquina , la campana comenzó a sonar, Juan caminaba
nervioso con aire de sospecha, en esa mañana fría como de cementerio.
Paso al lado de unas flores y miró su reloj pulsera que marcaba
las nueve de la mañana.
Sintió el zumbido de moscas y con horror observó la fachada de la escuela
y vió la puerta 9 , a un costado un grupo de chicos de su edad
que caminaban despacio,y ellos decían:
-No, no lo vamos a matar. Solo lo golpearemos un poco,.
Otros decían:
-Lo vamos a encerrar en la escuela.Juan tenía miedo,
miraba la puerta con temor a acercarse.
Los niños avanzaban y discutían entre si,Juan sentía
un olor muy fuerte como de muerte, y un zumbido;
ellos avanzaban.
-No, no lo vamos a matar le vamos a pegar entre todos
y le robamos el reloj.
Juan desesperado comenzó a correr y se perdió en una plaza cercana.
Los chicos le gritaban, Juan siguió corriendo hacia su casa
con todas sus fuerzas, y exhausto cayó.


Autor: JAVIER DICENZO

En tu vida habitan las estrellas

En tu vida habitan las estrellas

a Martín Acuña


Martín
si la mar huyera sobre los confines del planeta,
si tu poesía elevara los cisnes del crepúsculo
pues todo seria un cantar de baladas enamoradas.
Martín
si un niño te pidiera un poema
y tu se lo dieras
si la verdad guareciera las letras
y el cantar de los cantares sufriera
por ver tu lira
pues todo seria hermoso
las danzas de almas lloverías sobre la tierra.
Nada seria cruel
nada ausente poeta
herida de las selvas
caricia perdida que elevas.
Pero estamos en el mundo
con sus soledades y crueldades,
si te debo todos mis poemas
si el rayo cruel volviera a mi vida,
si tu vida fuera un camino a la espera;
pues caminante que camino llevas
déjame darte mi verso entero
para que digas lo que dice el poeta.
Cruz de olvido llevas
danzas de niños
corazones solitos y cantar de lluvia de enero.
Busca
busca la poesía
los largos destinos
porque se que en tu vida habitan las estrellas.


JAVIER DICENZO

viernes, 3 de diciembre de 2010

PARA APARENTAR MI NIÑEZ DE LABERINTO PERPETUO

Para aparentar mi niñez de laberinto perpetuo


Donde la paz extiende los infinitos cielos en el horizonte
no existe la melancólica esfera de bocas de fuego.
Quiero matar las mariposas sangrientas con los espejos.
¿Qué voces aman la levedad de siluetas en el crepúsculo?
Neruda ya no esta en mi abismo insondable.
Ni Luís Alposta con todas sus poesías
podría sanar mi alma secuencial en los paraísos.
Amo ese camino solitario en los despertares de la humanidad.
¿ Quien predice mi espíritu dimensional?
Hay una espada palpitando mi elemental guarida.
Me paro frente a la danza angelical
abro mi vida con cada espíritu de pájaros heridos.
Mi metamorfosis no cederá láminas de despedida.
No me basta que un gris del viento caiga sobre el silencio,
me cercan los fantasmas de Alan poe.
No tengo una lira aguda para curar mi ojo abatido
ni el despertar milenario que hace juegos en la piel.
Me niego a la eternidad pasando frente a cruces,
a alzar mi voz profunda para resucitar las flores,
porque doy tregua al desfiladero de pasos.
Amo la libertad de mi ser con la mirada Venus
exquisita desnudez de llamas en el Apocalipsis.
Mi denuncia a la vida es para lo innombrable
que se hace raíz penumbrosa de árboles azules
para aparentar mi niñez de laberinto perpetuo.



JAVIER DICENZO DICIEMBRE DE 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

EL DESENCANTO AZUL DE LA DAMA

El desencanto Azul de la dama


Si existe una dama fulgorosa en los despertares
esa prisión no atardecerá la melodía.
Puedo poseer cada rosa en el cielo
acariciar un gato embebido de despertares
Puedo llamar al azul de la dama
una tristeza gótica en la Europa del sur
por eso mi prisión se acerca a Kafka.
Si existe una dama fulgorosa en los despertares
agotaré el poema enamorado
tras la secuencia desalmada de una gaviota herida.
Existen muchas palabras olvidadas
tristezas lejanas en los caminos de la vida
sobre la enumeración irreal del anochecer.

JAVIER DICENZO

jueves, 3 de junio de 2010

EN ESA GUERRA QUE NOS CONDENA EN EL SILENCIO

En esa guerra que nos condena en el silencio


Y viví
en la noctámbula tibieza de lo salvaje
atormentado por tormentas
sospechando la luna remota.
Recorrí el alma aprisionada
mi luz nunca cegó el camino
ni la metamorfosis loca.
Está el artífice del mar oscuro
la mitad de la otra mascara.
Y viví
el crepúsculo inmortal
con los gritos de los abismos,
era el alma de los dioses
o aquel emblema desapegado.
Europa era un fantasma
en la piel de un genio.
Atrapé la mirada perpetua
de ese poeta enorme
que fue a limpiar las fosas
en esa guerra
que nos condena en el silencio

JAVIER DICENZO

jueves, 22 de abril de 2010

LOS CRISTALES DEL AIRE

LOS CRISTALES DEL AIRE

Atrevete a volar por ti mismo y descubre la verdad que solo reside en las alturas.
Bonifacio VII


Los cristales del aire fluyen con los saudades,
son perlas de ciudades para cubrir balcones
lágrimas de purezas llovidas de los cielos,
mágicos puentes altos con brillos en estrellas.

Son cristales azules, ángeles, suaves alas,
manantiales con peces de escamas luminosas,
parpadeando las flores, paraísos perdidos
de mariposas blancas, cual nieve de los bosques.

Hermosos aguaceros de celestes brillantes
que vivifican mares de eternas poblaciones,
espejos cristalinos que los dioses sostienen
para cuidar los seres de jardines perfectos.

Los cristales del aire purifican mirares
de las bellas mujeres que aman las apariencias,
soles en los altares, destellos de los prados
que iluminan los sueños con niños bendecidos.

JAVIER DICENZO

sábado, 13 de marzo de 2010

LAS FLORES

LAS FLORES


Las flores con pasión nacen al sueño
De los veranos, verdaderos soles,
pétalos sin caricias en jardines,
bellos rosales del carmín vestido.

Son exquisitas damas de los parques
en primaveras, destellantes fuegos,
brillos por soledades endiosadas,
estelas blancas del edén perdido.

Las flores del recuerdo ser fusionan
en despertares, tenues vientos claros,
que hermosean las luces delicadas,
sueños heridos por distancias libres.

Ellas perfuman calles deliciosas
fresas excelsas de vergeles puros,
pétalos con blancuras infinitas
para sanar miles estrellas ciegas.