viernes, 3 de diciembre de 2010

PARA APARENTAR MI NIÑEZ DE LABERINTO PERPETUO

Para aparentar mi niñez de laberinto perpetuo


Donde la paz extiende los infinitos cielos en el horizonte
no existe la melancólica esfera de bocas de fuego.
Quiero matar las mariposas sangrientas con los espejos.
¿Qué voces aman la levedad de siluetas en el crepúsculo?
Neruda ya no esta en mi abismo insondable.
Ni Luís Alposta con todas sus poesías
podría sanar mi alma secuencial en los paraísos.
Amo ese camino solitario en los despertares de la humanidad.
¿ Quien predice mi espíritu dimensional?
Hay una espada palpitando mi elemental guarida.
Me paro frente a la danza angelical
abro mi vida con cada espíritu de pájaros heridos.
Mi metamorfosis no cederá láminas de despedida.
No me basta que un gris del viento caiga sobre el silencio,
me cercan los fantasmas de Alan poe.
No tengo una lira aguda para curar mi ojo abatido
ni el despertar milenario que hace juegos en la piel.
Me niego a la eternidad pasando frente a cruces,
a alzar mi voz profunda para resucitar las flores,
porque doy tregua al desfiladero de pasos.
Amo la libertad de mi ser con la mirada Venus
exquisita desnudez de llamas en el Apocalipsis.
Mi denuncia a la vida es para lo innombrable
que se hace raíz penumbrosa de árboles azules
para aparentar mi niñez de laberinto perpetuo.



JAVIER DICENZO DICIEMBRE DE 2010

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